Las caricias de nuestra madre es lo primero que percibimos desde que nacemos y es así que estamos acostumbrados a ella , incluso a su aroma y es que sentir sus abrazos es como estar en las nubes , con una calma que solo una madre puede dar.
Alimentará su rebaño como un pastor; llevará en sus brazos los corderos y los mantendrá cerca de su corazón. Si amas a los niños, estás llamado a "Pastorear su corazón". Esfuérzate cada día, en enriquecer tu Ministerio Infantil. Busca a Dios de todo corazón, capacítate continuamente y Dios añadirá frescura, amor y pasión, para ser un instrumento valioso en su manos.
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