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martes, 3 de noviembre de 2015

Los niños tecnológicos.


Los científicos y los médicos están empezando a investigar si demasiado "tiempo frente a una pantalla" podría dar lugar a los problemas del mañana.
Los niños modernos nos dejan desconcertados con sus habilidades para hacer uso de la tecnología.
Muchos de ellos, antes de aprender a caminar, ya saben utilizar muy bien el iPad de sus padres, y éstos generalmente, se sienten orgullosos de haber procreado una criatura tan inteligente.
Pero esta nueva generación de niños tecnológicos podría enfrentar algunas consecuencias negativas.
Según algunos especialistas, sustituir al perro por un dispositivo inteligente, o salir a jugar con amigos en la calle, por pasar horas frente a una pantalla, también es motivo de preocupación.
“Particularmente algunas habilidades cognitivas y posiblemente la capacidad de concentración y comprensión, que son habilidades importantes, se pierden por pasar demasiado tiempo frente a una pantalla”, dijo el Dr. Graham Music, psicoterapeuta infantil.
Obviamente la curiosidad natural de los bebés los motiva a replicar lo que ven hacer a sus padres, y por supuesto, buenas aptitudes para la tecnología por parte de un niño también podrían tener un impacto profesional muy positivo en el futuro, pero se trata del equilibrio más que de la abstinencia.
“Los juegos y las tecnologías tienen un lado adictivo para las personas… sobre todo los juegos, porque nunca estamos satisfechos. Eso despierta ciertas sustancias en nuestro cuerpo, como la dopamina, que nos envía una señal al cerebro de querer más. Es un sistema biológico diferente al que nos hace sentir aliviados, amados, protegidos… como cuando el niño está sentado en el regazo de su mamá, cuando estás mirando a los ojos de alguien, cuando te estás divirtiendo, son completamente diferentes sistemas del cuerpo involucrados en eso.
Curiosamente, suelen ser los niños, quienes, según los investigadores, se sienten más atraídos a la tecnología, a diferencia de las niñas, que se interesan más por los rostros. Pero todos están expuestos de forma similar, si crecen rodeados de dispositivos inteligentes.
Ser capaces de comprender si alguien está triste o enojado, de si ocurre algo particular con un amigo sin necesidad de que lo exprese o simplemente pulir el sentido común, son habilidades que enseña el mundo real. Pero cuando se pasa demasiado tiempo frente a una pantalla, los niños, o cualquier persona, podría simplemente carecer de ellas.
Fuente: Voz de América.

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